Unidad de psicología infantil en Córdoba | Clínica El Brillante
La sociedad, aunque cada vez menos, tiene asociado el psicólogo a problemas graves, cuando la realidad es que cualquier circunstancia que altere la dinámica normal de una persona puede requerir la ayuda de un profesional. (malestar, emoción persistente…).
Como estamos pudiendo comprobar, con el paso de los años son más y mayores los retos que a nivel psicológico y conductual deben afrontar los niños, jóvenes y adolescentes (Bullying, adicciones, nuevas tecnologías, problemas de autoestima, pensamientos suicidas, conductas agresivas…). Por este motivo, Clínica El Brillante ha creado la Unidad Infanto-Juvenil de Psicología. Prevención, detección e intervención en dificultades y trastornos que afectan al correcto desarrollo del niño o adolescente.
Unidad dirigida a la población infantojuvenil, a sus familias y a su entorno escolar, Evaluaciones Psicológicas y Psicopedagógicas, Objetivos de trabajo a corto y a largo plazo, emitiendo Informes de seguimiento, Intervenciones y tratamientos individualizados con metodología atractiva, lúdica y activa.
- Espectro autista.
- Desarrollo del lenguaje.
- Discapacidad intelectual
- Dificultades motrices
- Déficit de atención
- Altas capacidades intelectuales.
- Escasa habilidad social o comunicativa
Nuestros psicólogos infantiles en Córdoba
¿Te preocupa el desarrollo emocional de tu hijo? ¿Notas cambios en su comportamiento que te inquietan? No estás solo. En Clínica El Brillante, entendemos las preocupaciones de los padres y estamos aquí para ayudarte.
Nuestros psicólogos infantiles en Córdoba cuentan con la experiencia y las herramientas necesarias para acompañar a tu hijo en cada etapa de su crecimiento. Ofrecemos un espacio seguro y confidencial donde podrán expresar sus emociones y trabajar en sus dificultades.
Preguntas frecuentes
El psicólogo infantil establece una conversación amigable y adaptada a la edad del niño, utilizando diferentes tipos de preguntas para conocer su mundo interior. Comienza con temas cotidianos como sus juegos favoritos o experiencias en el colegio, creando un ambiente de confianza donde el pequeño se sienta cómodo para expresarse.
Durante la sesión, el profesional explora gradualmente los sentimientos del niño, preguntando sobre situaciones que le hacen feliz, triste o enfadado. También indaga sobre la dinámica familiar y sus relaciones sociales, observando cómo el niño se relaciona con su entorno. Para los más pequeños, utiliza preguntas imaginativas como «¿qué animal te gustaría ser?» o «¿qué harías si tuvieras poderes mágicos?», permitiéndoles expresar sus emociones de forma natural y divertida.
La visita al psicólogo infantil se recomienda cuando se observan cambios significativos en el comportamiento o las emociones del niño. Algunas señales importantes incluyen tristeza persistente, ansiedad excesiva, problemas de conducta o dificultades en las relaciones sociales que se mantienen en el tiempo.
También es aconsejable buscar ayuda profesional durante situaciones familiares complejas como divorcios, mudanzas o la pérdida de un ser querido. Los problemas académicos persistentes, como dificultades de concentración o desmotivación escolar, pueden ser otra razón para consultar. Es importante recordar que la intervención temprana suele ser más efectiva, por lo que no es necesario esperar a que los problemas se agraven para buscar apoyo profesional. El psicólogo infantil puede proporcionar herramientas valiosas tanto para el niño como para la familia, ayudando a abordar las dificultades de manera positiva y constructiva.
Si está más irascible de lo normal, si su comunicación con su entorno se ha reducido drásticamente o anulado por completo, cuando presenta nuevas fobias o conductas agresivas o nerviosas en exceso ante una situación puntual.
Todas las que puedan afectar al niño o adolescente, ya sean propias de su edad o no. Espectro autista, desarrollo del lenguaje, discapacidad intelectual, déficit de atención, escasa habilidad social…
Dificultades del lenguaje y escasa adaptabilidad social son las que se presentan en más ocasiones. También las adicciones a las nuevas tecnologías u otras. Depresiones, bulimia o anorexia completan los problemas que solemos tratar
Lamentablemente si y en parte se debe a la sobre exposición que estos niños y su entorno realizan de su vida privada en las redes sociales, lo cual crea situaciones de falta de autoestima.
Lo importante no son las horas que pasa frente al móvil sino qué cosas deja de hacer por estarlo. Cuando el niño no tenga vida social y actividad real con sus amigos, cuando no desarrolle sus habilidades en un entorno real es una situación para preocuparse.