Los ojos y las actividades acuáticas
Llega el buen tiempo y las actividades en los parques y calles se ven relegadas a un segundo plano, ascendiendo al primero la práctica de actividades acuáticas.
Si bien es cierto, prestamos mucha atención a los cuidados de la piel y pelo durante la exposición al sol pero olvidamos que hay partes de nuestro cuerpo que también se ven muy expuestas y a las que no prestamos la atención correspondiente.
Los ojos, por ejemplo, son unos de los grandes olvidados. Además, es necesario proteger no solo de forma adecuada nuestros ojos sino también los de los más pequeños de la casa.
Una simple irritación, en algunos casos puede acarrear consecuencias más graves si no se toman las medidas necesarias, por eso recomendamos el uso de gafas protectoras para garantizar la protección total de la vista, tanto dentro como fuera del agua. De otra forma, si se produce una exposición y contacto prolongado de los niños con el cloro de la piscina o la salitre del mar, puede favorecerse la aparición de alteraciones oculares como la conjuntivitis y la queratitis.
Por ello no podemos olvidar que las gafas son indispensables, necesarias, para la práctica de deportes acuáticos, dado que gran parte de «las urgencias originadas por lesiones oculares se deben a un contacto prolongado con el cloro y el ph del agua».